Para el proyecto de final de grado, se desarrolló DIVISIO, una marca ficticia de cosméticos cuyo propósito es evidenciar lo absurdo del marketing de género («estrategia de mercado que segmenta productos y servicios en función de géneros específicos, como hombres y mujeres, basándose en las características, intereses y comportamientos que suelen atribuirse a cada género»). Para comunicar este mensaje, se recurrió al humor y la sátira, herramientas eficaces para conectar con un público amplio y, en particular, con aquellos que no perciben o cuestionan esta segmentación de género.

se crearon seis productos (tres para hombres y tres para mujeres) en los cuales se reforzaron, de manera deliberada, estereotipos visuales: los productos femeninos tienen curvas suaves y están hechos de materiales frágiles como el vidrio y la porcelana, mientras que los masculinos son rectos, hechos con materiales como el metal y la piedra, evocando fuerza y resistencia. Las paletas de color también siguen los códigos tradicionales de género: rosa y blanco para mujeres, negro, azul oscuro y rojo para hombres.

A nivel visual, se eligió la animación como formato principal para presentar la marca. utilizando una estética que refuerza los estereotipos: las escenas femeninas son luminosas y ligeras, mientras que las masculinas son oscuras y robustas.

Para el logotipo, se usó una tipografía con serifas y un amplio espaciado que simbolizan la rigidez y la separación. En la animación del logo, dos esferas —una rosa y una azul— se unen brevemente para formar una mezcla lila, pero luego se separan mediante la aparición del logo de DIVISIO, reforzando así el concepto de división.